
Hay veces q pienso
q hay más verdad en la
crueldad de un niño q en
la bondad de un sabio ...
A ver...como explicarlo...esta es una de esas noches en que te haces un par de copas de más ( como todo el mundo sabe, un par de copas puede abarcar perfectamente números bastante más allá del 2) y vuelves a las 4 de la madrugada con el verbo bastante más suelto de lo normal.
Así q he decidido escribir en el blog.
...no os sorprendáis, la mayoría de los q leerán esto ya me han visto en estado de sobresaturación etílica y espero q no me lo reprochéis...(con un poco de suerte no leéis el comentario antes de q lo borre)
Mi pregunta es: ¿si de repente os dijeran q mañana pasáis a mejor vida (lo q comúnmente se llama palmarla, vamos), que le reprocharías al mundo?
La gente normal responderá como si fuese una miss dispuesta a ganar el primer premio...
...que si la guerra en el mundo
...que si acabar con el hambre
...que si ñiñi, que si ñaña
Gilipolleces.
Lo que yo le reprocharía al mundo es la vagancia, el egoísmo y la hipocresía (y en ello me incluyo a mi mismo), pues la gente, como dicta su biología, en lo primero (y me contengo en no decir q es lo único) q piensa, es en sí misma.
¿Por qué la hipocresía, la vagancia y el egoísmo?
Por poner un ejemplo…la consabida democracia.
¿Es acaso perfecta? ¿ Es acaso…”justa”? ¿Somos todos iguales?
Aquí es donde me gano la paliza.
NO.
No somos todos iguales.
Yo planteo aquí una cuestión.
A la hora de crear un una sociedad que funcione y progrese (¿pues no es acaso esa, la función de un gobierno?) tiene el mismo peso el voto de un hombre criado por jabalíes en el monte, que acaba de integrarse en la sociedad, que el voto de una persona que lleva estudiando política y sociología durante 30 años.
A ver…si yo me pongo a levantar un edificio, ¿a quién pido opinión? ¿A un arquitecto o a un cocinero?
A un arquitecto, es evidente.
Entonces, porqué tiene el mismo peso el voto d una persona que no sabe lo que es la “izquierda” ni la “derecha”, que no sabe lo que es el “socialismo”, el “comunismo”, el “capitalismo” o incluso el “anarquismo” que el voto de alguien que los ha estudiado, ya sea por “motu propio” o por trabajo.
No hace mucho tuve una conversación con una persona bastante metida en estos temas, y me di cuenta de lo ignorante que soy en este sentido.
¿Es acaso justo que mis decisiones desde la ignorancia sean valoradas de la misma manera que las decisiones de alguien que se ha molestado en aprender y entender los entresijos del funcionamiento de nuestra sociedad?
¿Es acaso justo que se valoren igual las opiniones del arquitecto que del cocinero a la hora de levantar un edificio?
Mi posición es la venida desde la vagancia, yo me siento cómodo en mi sillón y me dedico a ver el fútbol mientras tenga pan en mi mesa.
Y mientras hay otros que se calientan la cabeza intentando entender como funcionan los hilos que les manejan.
Pero mi voto vale igual que el suyo.
Eso es vagancia, egoísmo e hipocresía.
Vagancia porque es más fácil no preocuparme por la política y sentarme a ver el fútbol, que plantearme algo tan complejo como es la sociología o la política. Total…solo son aquellos que deciden las leyes que rigen mi vida…
Hipocresía porque además… me diréis que no soy nadie para juzgar a otros y que me creo mejor que los demás.
Pues bueno… al primero que me juzgo es a mi mismo y el veredicto es la pena capital, pues yo adopto una postura tan cómoda como la de los demás.
Pero yo soy consciente de mis defectos y lucharé por solucionarlos.
La mayor parte de la sociedad no es capaz de admitir su propia ignorancia y luchar por remediarla.
A eso yo lo llamo hipocresía, vagancia y egoísmo.
Pues no, en mi opinión la democracia no es justa, pero es lo mejor que tenemos, puesto que para poder calibrar la validez de la opinión de una persona por encima de la de los demás, alguien debe juzgar la capacidad y el conocimiento de la gente, deberíamos nombrar a un “juez” evaluador que dictara el peso de la opinión de una persona.
¿Pero como se nombra ese juez? ¿Quién juzga si se es apto o no para ser ese juez?
Esto es justo lo que hace un dictador.
“Yo decido quien sabe lo que es mejor para vosotros porque vosotros no tenéis ni puta idea”
Todo para el pueblo pero sin el pueblo. Despotimsmo ilustrado...vamos.
Además, el hecho de que una persona sea conocedora de la política y la sociología no significa que no sea un cabrón redomado que se aproveche de su posición y maneje al ignorante rebaño a su antojo.
Para que la sociedad funcionase de esa manera, el juez supremo ( o dictador, como queráis llamarlo) debería ser un “gran sabio” y además un hombre “bueno” ( y pongo bueno entre comillas porque la moral es un tema tan relativo , que si empezase a ahondar en ello no me acostaría hoy, así que entendamos bueno como aquel que piensa en el bien de los demás antes que en el provecho propio) y como, en mi opinión no existe hombre lo suficientemente sabio, y desde luego ni lo suficientemente “bueno” ( recordemos, somos vagos, egoístas e hipócritas) en todo este puñetero mundo para ostentar el cargo de juez supremo, me quedo con la consabida democracia, que valora mi opinión igual q la de la persona que sabe lo que es mejor para mi que yo mismo.
Pero que también valora igual mi opinión que la de aquel que no se ha molestado en mirar más allá de lo que alcanzan sus propias narices.
Pero eso si…siempre consciente de que soy un ignorante al que le queda muuucho que aprender.
¡¿Como coño te atreves a decir que quieres acabar con la guerra y conseguir la paz en el mundo si ni siquiera eres capaz de soltar el mando de la tele, e interesarte por aquello que rige tu vida?!
Desde luego, si la mayoria , que es la que decide en una democracia, fuesemos un poco menos VAGOS, y menos HIPOCRITAS, e intentasemos ser un poc mas SABIOS y menos EGOISTAS, nuestra sociedad sería mucho mejor y la democracia funcionaría. Solo entonces podriamos empezar a plantearnos en si somos capaces o no de ayudar al resto del mundo a ser un lugar mejor.
Y después del amplio desahogo…mantengo mi pregunta.
Si mañana fueseis a morir…¿que le reprocharías al mundo (y por tanto…a ti mismo)?
Antes de nada sabed q he cambiado una parte de la historia, entre la noche del entierro de su padre, y la noche de la estrella fugaz, ha pasado exactamente un año.
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El sendero sigue oscureciéndose más adelante hasta que Icaro tiene tantear con las manos para no tropezar.
Al cabo de unos cientos de metros, en la oscuridad total, se da cuenta de que la hojarasca va desapareciendo, dejando una sensación de vació y negrura, como si no existiese nada en el universo.
La nada parece cerrarse sobre el como un depredador sobre su presa.
Y al fondo….una pequeña luz.
Al acercarse Icaro encuentra un candelabro con una vela, la misma que iluminaba el cuarto de A.Nancy.
La recoge y observa alrededor.
Figuras inmóviles le rodean.
Icaro se asusta, pero no puede evitar acercarse a investigar.
Al encarar la vela a las figuras se muestran como estatuas de roca, con un gesto anonimo.
Icaro siente algo extraño pero no sabe que es.
Una estatua de un niño pequeño aquí, otra de una mujer más adelante. Sus rostros permanecen inexpresivos, su postura es rígida…fría.
El chaval continua su camino con paso lento entre las figuras inmóviles, que parecen observarlo con rencor.
Algo le resulta familiar en ellas pero es incapaz de averiguar el qué.
La llama titubea un poco, como movida por una brisa, y un susurro habla en su oído.
- Estas en el Pasaje del Olvido…todas estas personas han formado parte de tu vida, pero han quedado atrás en el camino y las has olvidado, ahora son estatuas expuestas en la oscuridad,
perdidas en la nada.- Era la voz de A.Nancy
Una mujer joven a su derecha, parecía una profesora, un perro pequeño…cientos de figuras que carecían de significado para él.
Excepto una…
Al verlo sintió como si alguien le hubiese golpeado en el estomago.
Una estatua de su padre se erguía allí, en medio de la oscuridad.
Icaro entendió al instante.
Hacía mucho que no pensaba en su padre.
Su recuerdo le producía dolor, tristeza, la figura del ataúd cerrándose bajo la tierra era la forma que tomaba para él la soledad…la más pura y cruda de las soledades.
Coge la vela y la aparta, para que sea como si nunca hubiese existido y sumir la imagen en la más profunda oscuridad.
Era lo que siempre hacía, huir del dolor y negarlo.
-Aquí eso no te servirá Icaro.- sentía la decepción en la voz de A.Nancy
Una a una, las plumas de sus alas, cada vez más pesadas, empiezan a caer como hojas de un árbol en otoño.
Pero no se atreve a afrontar el dolor del recuerdo…a aceptar la muerte, la soledad, el vacio.
Las plumas llenaban el suelo y el dolor le recorría la espalda y el pecho.
¿Pero que estaba haciendo? ¿No era acaso al negar cuando lo sumía todo en la negrura, al apartar la luz de la realidad?
Icaro comprende…y se deja llevar…
Las imágenes de su padre se agolpan en su mente peleando por salir, primero su rostro, su pelo, el timbre de su voz, el sonido de su caminar.
Y justo después sus palabras, sus consejos, sus riñas, su mirada de orgullo y de decepción…su compañía.
Icaro se da cuenta de que no quiere olvidar, y que el dolor es algo con lo que tendrá que vivir, pero que la frialdad del olvido es mucho peor.
Cae de rodillas y llora…llora lagrima a lagrima cada recuerdo recuperado.
Y cuando la primera lagrima toca el suelo, una grieta asoma en la piedra de la estatua.
Otra lagrima cae, y otra grieta se abre, y otra, y otra y con ellas, cada una de las plumas caídas regresa a su lugar.
Una luz emerge del interior barriendo la oscuridad mientras la estatua se cae a pedazos.
Al caer toda la piedra, queda en el aire una estrella que parece palpitar como un corazón.
- Icaro, debes seguir la estrella, pues ella es tus sueños y te guiará en tu camino.
El pequeño astro avanza por la oscuridad a través de la senda seguida por el chico a pocos metros. Con cada latido de la estrella, la oscuridad parece ondularse como si fuese el agua de un negro estanque.
Más adelante un resplandor aparece. La salida.
Y la estrella desaparece, pero Icaro sabe que la lleva dentro y que seguirá guiándole siempre.
De nuevo un arco de seto marca los límites de la arboleda, pero esta vez el paisaje no es gris ni triste.
Icaro ya no siente esa sensación de polvo y ceniza acumulada, sino un aire fresco y ligero que le invita a seguir caminando.
El cielo es de un azul verdoso y las nubes se arremolinan como delicados colosos danzando unas con otras.
Erato le espera en la salida con una sonrisa calida en el rostro.
- Bienvenido, temía que no llegases a salir de ahí, a partir de aquí ya no existen los limites.
Y así era, más adelante las cosas empiezan a cambiar, los caminantes que le acompañan a lo largo de el Camino no son seres grises y deprimidos, sus rostros permanecen en paz.
La realidad empieza a cambiar, los colores llamativos y parecen cambiar a medida que te acercas a ellos.
Erato le acompaña interesada por los cambios en su actitud.
Algo pasa cerca de los pies de caro, una especie de animal, ¿o era una seta?, y más allá…una montaña…no! , se levanta y empieza a caminar como un coloso de roca más alto que las propias nubes.
Peces…peces dorados danzan por el aire y le rodean en un jugueteo caprichoso.
No hay límites en la tierra de los sueños.
Unas figuras inmóviles, etéreas, permanecen quietas con los ojos como platos observando cada detalle, como devorándolo.
-Son Contempladores, solo vienen aquí de visita, permanecen un rato y luego desparecen. Miras este mundo como a través de un cristal pero en realidad no lo viven.
Icaro lo entiende enseguida. Son consumidores de drogas alucionejas.
A lo largo de la historia, artistas, filósofos, escritores y la juventud actual recurría a drogas para poder observar una realidad distinta, venían, hacían una visita rápida y se volvían al otro lado del Camino.
Pero eran incapaces de caminar por ambos lados a la vez.
Más allá, justo junto a un castillo apostado en una nube, unas figuras juegan en el cielo.
Estan tan altas que no puede distinguirlas.
Erato contesta a su pregunta antes de que la formule.
-Son los niños, ellos conservan la capacidad de volar en sus sueños, tú conservas las alas, por eso puedes estar aquí, pero has perdido tu capacidad de volar, como les sucederá a ellos en un tiempo, tarde o temprano pondrán los pies en el suelo y sus alas empezarán a cansarse, y tendrán que pasar por lo mismo que tu has pasado.
A unos cientos de metros estaba A.Nancy, esperándole al final del camino.
Más allá se extiende un precipicio infinito que no parece tener fondo, y tampoco se observaba el otro lado, solo un inmenso espacio en el que el mundo parece terminar.
Él sigue caminando hasta colocarse al borde del precipicio miró a la vieja con un gesto interrogante.
-Sigue tu camino. – le espeta ella.
Icaro mira abajo y observa el infinito y la posibilidad de poder permanecer una eternidad cayendo, solo y perdido.
La indecisión en su rostro dibuja expresión de pena en el rostro de Erato, pero el de la vieja permanece impasible.
Finalmente desplaza un pié hacia el abismo….
Y a medida que avanza, el suelo, y el resto del mundo lo hace con él, como si cada uno de sus pasos creara unos palmos más de realidad. Como si pudiese avanzar hasta el infinito y crear un mundo nuevo paso a paso.
A.Nancy sonríe satisfecha.
-Sigue tu camino Icaro, aun te queda mucho por recorrer.
Una sensación de paz infinita le invade, como el abrazo de una madre, cierra los ojos para dejarse arropar.
Se siente caer de nuevo, de la misma manera que cuando llegó a ese extraño lugar.
Y al abrir los ojos se encuentra de nuevo en el jardín.
Es la misma noche, la misma hora, el mismo cielo.
El chico observa el mismo cielo con distintos ojos.
De repente una estrella fugaz atraviesa el firmamento…
Y entonces Icaro pide un deseo.
FIN
La historia continua desde el encuentro con Erato, que le reta a perder parte de sus alas a cambio de respuestas. Recomiendo q os leyais el final del trozo anterior antes de seguir con este.
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El corazón de Icaro retumba en su pecho, el nudo en la garganta le estrangula y no le deja respirar, un torbellino de emociones y sentimientos empujan desde dentro de su ser hacia fuera.
Tiene la sensación de que va a explotar.
Alarga el brazo y se agarra el ala izquierda con fuerza y aprieta los dientes.
De un tirón se arranca un puñado de plumas y se las muestra con la mirada ensombrecida por el dolor, abre la mano y la brisa se las lleva lentamente.
Ella se lleva la mano al rostro horrorizada mientras él la mira con fuego en los ojos.
Lentamente Icaro avanza un paso, y después otro, y otro…en unos instantes está tan cerca de ella que Erato se hecha hacia atrás llena de terror…
...está tan cerca que ella puede sentir su respiración.
Él une sus labios besandola con fuerza mientras la arboleda entera parece estremecerse arrollada por un vendaval.
Rabia, pasión odio, amor…todo se une en un beso.
Y luego…paz.
El abrazo se separa y la clama vuelve mientras se observan.
Erato rompe el silencio:
-Y ella temía que te hubieses vuelto tan frío que hubiese perdido la capacidad de sentir…
Sus palabras intentan aparentar seguridad, pero sus mejillas ruborizadas la delatan.
-Ven, hay algo que debes ver.- se levanta y se adentra entre las plantas.
Icaro la sigue a pocos pasos entre los arbustos hasta una especie de pasaje oculto en medio del bosque.
El bosque se oscurece más y mas a medida que avanzan, y la vegetación es más tupida y más baja.
Finalmente llegan a una zona en que la luz es apenas lo suficientemente intensa como para ver a un par de metros.
Erato se detiene.
-A partir de aquí debes continuar solo. El jardín te llevará a la salida, después debes seguir por el sendero…hasta el final.
A lo largo de un camino nos podemos cruzar con mucha gente, algunos no serán mas que caras que pasan de largo, otros serán marcas a fuego en el pecho que jamás podrás olvidar.
Esto es algo que pudo pasarle a Icaro a lo largo de su caminar por la senda gris…
Icaro caminaba por la senda casi por inercia, se preguntaba donde le iba a llevar el camino, que encontraría al final, cual seria su destino.
Al poco rato el camino se fue ensanchando, y se percató de que a su lado caminaba otra gente. Parecían estar tan perdidos como él, sus miradas iban de un lado a otro, siempre dirigidas a la nada, una expresión de confusión apática se leía en ellos.
Otros caminos paralelos se extendían junto al suyo, también repletos de grises transeúntes.
Eran como sombras de cartón y se movían como estiradas por hilos que eran incapaces de controlar. A cada paso, el sonido de sus pies le recordaba el “tak tak” incesante de la rueca de A.Nancy.
Algunos parecían llevar décadas caminando.
Las caras de algunos de ellos le eran conocidas a Icaro, y otras no las había visto jamás.
Reconoció a la panadera de su barrio, una mujer que siempre hablaba como en susurros y que vestía siempre una mirada de tristeza y resignación.
Sus ojos se cruzaron durante un segundo y al mirarla, pudo oir durante aquel instante, como traidos por el viento, los gritos de ira de un hombre perdidos en la lejanía, el sonido de golpes sobre algo blando, y un llanto entumecido.
Luego ella siguió su camino y el sonido desapareció.
Alguien tropezó con él y al darse la vuelta vio que era Don Enrique, un amigo de su padre que era contable, y, en el susurro, oyó el repiquetear de su maquina de escribir día tras día durante años. Oyó charlas con olor a café y puros.
Icaro se sintió de repente asustado…quizá tardaría décadas en recorrer su própio camino y acabaría como esas sombras grises, divagando y arrastrándose, contando cada baldosa hasta llegar a la última.
Un murmullo lejano atrajo su atención hacia una de las sendas que avanzaban paralelas a la suya.
Entre los tristes caminantes, un chaval delgado, algo mayor que él, le observaba con atención.
Vestía una camiseta chillona a rayas negras y rojas que contrastaba con los tonos apagados del resto del paisaje, sus manos estaban manchadas de pintura , su pelo estaba deshecho y una perilla tintaba su alargado rostro de un aire pícaro.
Lo que oyó a continuación no era un murmullo…era una canción…
Tras de él escuchó muchas voces…
…unas tenían un acento del sur, con su desparpajo y su nobleza a la par, llenas de besos y de abrazos…llenas de energía y sorpresas.
…otras de un poco más al norte, comedidas pero verdaderas, llenas de reflexión, amistad extraña y autentica.
..las había épicas y robustas, cuya energía impedía su propio autocontrol y que zumbaban de lado a lado.
…y las había cercanas, de las que sabes que siempre estarán ahí cuando las necesites a pesar de los errores
…y lejanas con el acento de un país del este y una locura innata.
…y una dulce, tierna y pasional, llena de muchos colores que daban vida y energia.
Se oía el espumoso entrechocar del vidrio, las risas y los llantos…las promesas y las despedidas.
Icaro despertó de su ensoñación momentánea, y se dio cuenta de que el chaval lo observaba con una sonrisa de ternura y complicidad.
Icaro estaba confuso e indeciso.
El chaval le miró a él y al sendero…y a continuación hizo un gesto con la cabeza hacia
el camino que Icaro interpretó como un “¿que?,¿continuamos?”.
Icaro empezó a caminar preguntándose a quien habría conocido el chaval para seguir adelante con esa energía…y se percató de que le la incertidumbre que le espoleaba se había transformado en curiosidad por saber qué le depararía el resto del camino.
“ Dedicado a todos vosotros…ya sabéis quien sois ;) “