Capitulo 4

Icaro camina por la senda hora tras hora.
El paisaje no ofrece nada que le haga levantar la vista del suelo, la misma hierba gris de los últimos...
¿cuanto habra caminado? ¿Diez kilometros, veinte...cien? no siente cansancio fisico en absoluto.
Es como ir a la deriva en un maren complerta calma.
Ya hace tiempo que su senda se desvió de la de los demas grises caminantes y su mente empieza a
caeren el automatismo, paso tras paso, hasta que casi tiene la sensación de que es como si nunca hubiera existido
-Ouch! -un pinchazo en su cara le hace por fín volver en a la consciencia.
Icaro levanta la cabeza y observa atonito, ante él ,que como salida de la nada se alza un seto gigantesco, y una
de sus ramas es lo que le ha herido en la mejilla.
Icaro alza la mano para tocar sus hojas.
Cada una de ellas es perfecta en su forma, y gotas de rocio salpican su superficie.
A lo largo de las ramas, miles de hormigas corretean alocadamente arriba y abajo junto con otros insectos que
pueblan el seto.
Es como si aqui, en medio de la nada, una repentina explosión de vida lo invadiera todo a partir del seto.
Icaro lo rodea buscando un modo de adentrarse en él.
Finalmente un hueco en forma de arco parece formar una entrada y un sendero.
La vegetación no tarda en hacerse tan tupida que Icaro deja de ver el cielo sobre su cabeza, formandose
como una cúpula arborea.
Sopla de repente una brisa fresca que acaricia su rostro y un murmullo asoma un poco más allá.
Es el sonido del agua...una fuente.-piensa Icaro.
Y así es. En el interior de la boveda, una plataforma de piedra vierte agua sobre un pequeño estanque.
Y sobre ella, una figura permanece recostada acariciando con sus delicados dedos la piedra.
De repente Icaro SIENTE.
Algo le atenaza el estomago y siente arder sus mejillas al observarla.
Es una joven.
Seria incapaz de aproximar su edad, pero aproximadamente la misma que él, quizá un poco más joven.
Al igual que las hojas, su piel parece tambien salpicada por el rocio que pasea acariciando su cuerpo.
Icaro siente como si atenazaran su garganta y le invade una sensación de insignificancia ante ella.
Es la misma sensación del primer beso, la primera caricia, en que el fuego te invade el pecho y todo
parece un sueño.

- Hola Icaro.-al oir su nombre,nota como si se lo hubiera marcado en el corazón con un hierro al rojo.
- Hola...creo que te conozco, pero no estoy seguro...
Sentia el ridiculo en sus palabras.
-Vaya...ya hace mucho desde la ultima vez, bueno ¿que es lo que quieres?
Icaro se percata de que ni siquiera lo sabe.
-Supongo que busco respuestas.
Una sonrisa picarona se dibuja en el rostro de la joven.
-Y seguir tu camino...
-Supongo.
Icaro no puede sostener su mirada mientras juguetea coquetamente con su pelo.
Sus ojos estan puestos en el vacio mientras piensa.
-Hagamos un juego. Por cada paso que des hasta mi,deberas arrancarte una pluma de tus alas,
y yo contestaré a una de tus preguntas.
Icaro no puede más que asentir timidamente.
Tras unos intantes de reflexión da el primer paso y formula la primera pregunta.

-¿Quien eres?
-Me llamo Erato
Icaro iba a abrir la boca pero ella lo interrunpió con un gesto.
-Eh eh eh , debes pagar el precio por cada paso y pregunta que hagas.
Alargó el brazo y se arrancó una pluma de sus alas.
De nuevo sintió como si atravesasen su alma con una estaca de hielo.
Al abrir la mano, la brisa se llevó la pluma que se perdió en el follaje.

El dolor hizo que Icaro despertara un poco de su ensoñamiento.
-Por el precio que pago deberias ser algo mas generosa con las respuestas.
La joven lo miro con asombro y agrado.
-Vaya! Has cambiado...eres más seguro...la otra vez hacias poco más que asentir como un bobalicón.
Su mirada refleja más interes que hacia unos instantes.

Icaro avanza un paso y pregunta.

-¿Que es este lugar?No me refiero al seto, me refiero a todo...a esta... realidad.

-Es el Camino. Todos vosotros lo recorreis desde ambos lados, pero la mayoria suele olvidar este
poco despues de cruzar el seto. Jamás he estado al otro lado, pero tu vienes de allí, y hace tiempo que no vuelves a este.
Creiamos que no volveriamos a verte por aqui. Pero ella dijo que te traeria.

Otro quejido y la brisa se lleva una pluma más.

-¿Como puedo volver a mi realidad?
-Estas en ella ahora, y estás aquí. Nadie abandona ninguno de los dos lados del camino,
pero la mayoría se olvida de este cuando pierden las alas.
-Pero yo no tenía alas antes de llegar aquí!
La joven lo mira con recelo ante su descaro pensando que eso deberia contar como una pregunta, como lo deja pasar.
-Las tienes desde que tienes capacidad para soñar y las conservaras mientras la tengas. Si las pierdes te transformarás
en un alma errante, en un caminante sin rumbo, y no podras volver a realizar el Camino desde este lado.

Icaro se mira las alas con ojos preocupados. No habia pensado en los mordiscos de los ancianos y las plumas arrancadas,
y recuerda los kilometros y kilometros avanzados igual que lo hacian los caminantes grises.

Una pluma menos.

-Quien es la anciana del principio del camino...A.Nancy?

-Ella teje cada uno de los pasos que dais, a veces tensa los hilos para ver si resistis, los cruza unos con otros y teje el manto del
Camino. Aun así soys vosotros quienes decidis como se teje su tela. Quiza por eso os ama y os odia tanto a la vez.
Una mirada traviesa se formó en su rostro.
-Por lo que sé, tensó el hilo de tu padre no hace mucho para suplir la falta de otro y finalmente se rompió, ¿no es así?

Icaro siente ira, recuerda todo el odio y la impotencia acumuladas tras la muerte de su padre, la piedra, la estrella...

-¿Notas como tensa el tuyo?. -Dice ella.- No enfoques tu ira conmigo, yo no soy la causa de tus dolores, solo soy una consequencia.
Soy la consequencia a tus preguntas. A medida que avances recibiras respuestas, pero tienen un precio.
En realidad yo te amo y te odio mucho más que ella.

Un paso más.

-¿Porque estas aquí?. Dice mientras la mira con intensidad.
-Yo nací con tu pasión, con tu adolescencia. Y mi función es herirte o hacerte volar, todo depende de si superas
las trabas que la vieja ponga en tu camino.
Ella parece arrepentida por el anterior comentario, ahora le mira con un aire de profunda tristeza.
Se muerde nerviosa el labio inferior, y no es capaz de sostener la mirada de ira de Icaro.
Un par de pasos más y estará frente a ella.

(....mañana más q me tengo q ir a la cama)