He caminado por mi vida, olvidado de alma, alargando los dedos y rozando la textura de la realidad.
En ocasiones la acaricio con las yemas, siento su tacto, dulce y sinuoso.
Otras me gustaría golpearla y q se rompiese en mil pedazos como el cristal.
Pero es como chapotear en la superficie de un estanque, en unos segundos las ondas desaparecen y todo esta en calma.
No puedo parar de pensar....¿qué hay al otro lado del cristal?
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