La arboleda

El frio entro en la arboleda cuando puso el primer paso en su interior.
Erato no sabía quien era, pero la sensación que de él emanaba le resultaba al principio tremendamente familiar...y agradable.
Sin embargo, ahora, era como un lazo invisible q se ceñía a su garganta y tironeaba hacia él.
La invadia un terror agudo, un presentimiento de que él era capaz de destruir todo lo q ella habia logrado con solo un suspiro...y ni sikiera sabía quien era.
Se escondió como una niña pequeña, refugiada entre unos arbustos y suplicó porque pasara de largo sin verla...pero el aura de desesperación y vacio se le acercaba cada vez más, como si aquel individuo pudiese notar en todo momento donde estaba ella.
Las criaturas de la arboleda se habian escondido dejandola sola, auyentados por la sensación q el sujeto emanaba.
Al final no pudo soportar el terror y empezó a sollozar y a gatear entre los arbustos entre desesperada por alejarse a toda prisa y cautelosa por encontrar un rincon donde se sintiera a salvo.
Una de las ramas le hizo un rasguño en la pierna y entre lagrimas se tuvo q morder un nudillo para no dejar escapar un gemido.
Era extraño, la arboleda siempre habia sido su hermana, las ramas se apartaban a su paso y los insectos no la molestaban.
Ahora notaba como el sudor le perlaba la cara y la respiración entrecortada le hendia el pecho con un aire frio,
Erato no era fuerte,ni rapida, su belleza y su aura de falsa inocencia siempre le habian servido para embelesar a cualquier criatura que se cruzara con ella, pero con cada centimetro que el intruso avanzaba hacia ella esta aura de inocencia se tambaleaba como la diminuta llama de una vela cuando se acerca un vendabal.
Una sombra se movió tras ella y sobresaltada salió corriendo en linea recta huyendo a la desesperada...un mal paso sobre un tocón de madera al salir del arbusto y el tobillo se dobló en un angulo imposible.
Esta vez Erato no pudo reprimir el grito de dolor.
A los pocos segundo, entre la maleza, paraeció la figura. Un tipo vestido con ropa oscura (su cara le resultaba extrañamente familiar) se acercó a ella con paso calmado.
Su mirada fria la hacia sentir como una polilla frente al coleccionista q va a atravesarla con un alfiler sin tan siquiera pestañear.
Ella se arrastró indefensa unos metros pero el individuo la sostuvo por el tobillo dislocado estiro hacia si mismo mientras Erato aullaba dolorida.
Puso la mano en la boca de ella, pero no tapandola, sino entre los dientes...y al instante, dio un tirón seco con la mano q aferraba el tobillo de la muchacha.
El dolor fué tan intenso q Erato cerró las mandibulas con fuerza en la mano de aquel extraño clavandole los dientes en el dorso...el individuo ni tan solo varió su expresión, ni un solo gesto de dolor.

Al instante siguiente, el tobillo de Erato se lleno de un candor extraño y sintió un alivio enorme...el dolor habia disminuido bastante y empezaba a poder moverlo.
El extraño le habia vuelto a colocar el pie en su sitio y le puso la manos en la boca para q mordiese. Al instante se lo vendaba y se apartaba a un lado a oservarla sin mediar palabra.

Lo q Erato no sabia era q Nimrod nacio por ella..con el beso a Icaro, separó de él el odio, la desesperación, la rabia e incluso la autodestrucción...pero tambien la fuerza q todos estos le daban, la fuerza de quien no tiene nada q perder , asi q en vez de desaparecer, se quedaron con él...a parte , en otro ser, alguien q estaria ahi cuando Icaro lo necesitase pero q no estorbaria en su camino.
Fueron esa rabia y esa desesperación las q le dieron a Icaro el valor para besarla...pero ahora estaban en este ser..asi q podria decirse q fue Nimrod quien la besó...quizá por eso lograba atisbar un extraño brillo en sus ojos cuando la miraba.